vie. Mar 24th, 2023

-Está llena de humedades, filtraciones y oxidaciones

-La lluvia acida deteriora irremediablemente su construcción

Es una de las trece maravillas de México

 

Aportación: J. Francisco González García

 

Es verdaderamente lamentable el estado de deterioro y abandono en que se encuentra la emblemática calle Miguel Hidalgo mejor conocida por todos nosotros como “Subterránea”, misma que fue proyectada sobre el caudaloso río Guanajuato y que para los cuevanenses representa un ícono cargado de identidad y deslumbrante arquitectura, por esta razón, en el año 2007 la histórica calle fue distinguida como una de las “Trece maravillas edificadas de México”.

En contraparte, tras recorrer distintos puntos de la arteria principal de la capital del estado, bien puedo afirmar que nuestra famosa calle Hidalgo, se está convirtiendo en una de las maravillas del país a punto de colapsar si no se le presta la debida y justa atención invirtiendo los recursos necesarios para su rescate y conservación.

Mi recorrido por la calle más importante de México, comenzó por el acceso al Mercado Hidalgo para luego culminar en las inmediaciones del Jardín de la Unión y claro mediante esta misma técnica de observación directa, también me pude percatar del estado físico que muestran algunos de los túneles que corren paralelos a la Subterránea, desde el Cantador hasta Embajadoras y con toda honestidad, distinguido lector, me quedé impactado de la imagen tan deplorable que muestra la avenida, llena de filtraciones, humedades, oxidaciones en el hierro y el acero, presencia de hongos en elementos de madera y principalmente los estragos que está ocasionando la “lluvia ácida”.

Pero definamos el concepto de lluvia ácida, esto con la intención de dejar en claro el peligro inminente en que se encuentra la calle Subterránea y obviamente de las personas que a diario transitamos en ella.

La lluvia en mención es una precipitación que se destaca por contener elementos muy contaminantes y se forma cuando la humedad en el aire se combina con los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por los automotores, produciendo ácido sulfúrico y ácido nítrico que irremediablemente causan severos daños al medio ambiente y por consiguiente a las superficies con las que tiene contacto.

La lluvia ácida, además, por su carácter altamente corrosivo de igual manera afecta al material pétreo –piedra- de la construcción, manifestándose en una desintegración granural o bien en una pérdida importante en la superficie de la obra tal y como lo expresa el maestro Enrique Greenwell, destacado arquitecto de la Universidad de Guanajuato.

Un ejemplo palpable del severo deterioro que muestran los materiales con que fue construida la arteria, es definitivamente el túnel que corre de los Ángeles hacia Pozuelos, caray, se requiere portar una amplia sombrilla para no empaparse de las innumerables filtraciones que se observan en este trayecto y claro la caída del agua en combinación con los gases que emiten los automóviles se tiene como resultado la presencia de la lluvia ácida que se ha convertido en el cáncer de la calle, pero que me dice usted de otro punto sensible que todos podemos constatar de su deterioro, refiriéndome a la bóveda que se localiza en la parte baja del Jardín de la Unión, otra imagen clara y seria del panorama de abandono en que se encuentra la Subterránea.

Ahora bien, si la calle continúa siendo la arteria principal de las vialidades en Guanajuato, la lluvia ácida seguirá haciendo su trabajo incrementándose cada vez más el deterioro que muestra en gran escala la Subterránea y llegará el día en que la histórica calle se desplome en sus puntos más vulnerados y el congestionamiento vehicular será un verdadero calvario día y noche, por lo tanto, no permitamos que esto llegue a suceder y que la llegada de las nuevas autoridades tanto al gobierno del estado como al municipio, articulen un proyecto de saneamiento y rescate de este monumento considerado como una de las trece maravillas de México.

Si a todo lo anterior le sumamos la infinidad de automóviles que transitan diariamente por esta importante vialidad, sin duda, las vibraciones que producen a su paso innegablemente también contribuyen al colapso de la majestuosa avenida. Debo precisar que la calle Hidalgo definitivamente es la principal arteria de la capital y por lo tanto es urgente la elaboración de un proyecto integral de recuperación y mantenimiento permanente de esta calle histórica.

Es recomendable además, una mayor y eficiente vigilancia en la Subterránea para la tranquilidad de los guanajuatenses y sobre todo evitar que este bello espacio siga operando como un gigantesco estacionamiento, en realidad la calle no está en las mejores condiciones para saturarla con tanto vehículo que a todas horas de manera insistente y bajo el riesgo de algún posible robo, sigan aferrados a estacionar su carro sin costo alguno a lo largo y ancho de esta maravilla de México y seguramente del mundo.

Como medida urgente se tiene que desalojar la calle de esa infinidad de autos que pasan horas enteras ocupando un espacio en esta avenida y evitar que se sigan estacionando, todo ello, con el objeto de bajar un poco el índice de contaminación.

Recordemos que la ciudad de Guanajuato no fue proyectada para la circulación de miles de automóviles, todo lo contrario, la ciudad fue trazada para disfrutarla caminando y es de vital importancia regresar a esa época o en caso contrario tendremos severos problemas.

Es digno señalar que a principios de la década de los sesenta se llevó a cabo el anteproyecto para entubar al río Guanajuato y poder construir la famosa calle Subterránea y fue así que el 28 de septiembre de 1964 siendo el gobernador del estado el licenciado Juan José Torres Landa, tuvo lugar la inauguración de tan importante avenida.

De acuerdo a un valioso estudio que realizaron las maestras María Guevara y Ada Marina Lara de la Universidad de Guanajuato, la calle tiene una extensión de 2 mil 900 metros, de los cuales mil 700 tienen un arroyo de 6 metros de ancho y el resto de la avenida muestra un ancho de 9 metros; las claves de los arcos tienen una altura mínima de 4 metros y todo el arroyo, las guarniciones y las banquetas se encuentran adoquinadas.

Con esto el próximo nueve de diciembre será conmemorado en la capital del estado de Guanajuato, el trigésimo aniversario de que la UNESCO declaró a la ciudad de Guanajuato como Patrimonio Cultural de la Humanidad ocurrida precisamente el 9 de diciembre de 1988.

Por Juan Ma J

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