*Se requieren mediciones de laboratorios especializados: Alejandro Alegría Torres

Subterránea y túneles contaminados.

El profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Jorge Alejandro Alegría Torres, enfatizó que “la gente debe estar enterada de que hay contaminantes y venenos silenciosos a los que nos exponemos todos los días. En particular, Guanajuato es una ciudad en la que, por sus túneles y la minería, hay muchos contaminantes en el ambiente”.

Además, hay zonas urbanas que concentran gran parte la alfarería, donde se hacen quemas a cielo abierto en espacios gentrificados o talleres que no cumplen con las normas, a veces por desinformación. La verificación es difícil en ocasiones porque se requieren mediciones en laboratorios especializados”, puntualizó.

Sobre la presencia de sustancias tóxicas por la actividad ladrillera, se ha trabajado con comunidades en Guanajuato capital en Yerbabuena y en el municipio de Salamanca.

Ladrilleras de Yerbabuena

Antes de su incorporación a “la Colmena”, compartió, otros investigadores e investigadoras universitarios han investigado los riesgos toxicológicos por dicha actividad y por la industria petroquímica en Salamanca y zonas mineras del estado.

De manera general, el investigador señaló algunos riesgos cotidianos a los que se debe prestar atención, como los muebles u objetos que contienen ‘retardantes de flama’, cuya absorción de las sustancias tóxicas puede alterar el equilibrio hormonal, por el que incluso han aumentado las enfermedades de tiroides y los problemas reproductivos, entre otras sustancias genotóxicas presentes en todas partes que degeneran los órganos, dañan los tejidos y contribuyen al desarrollo de padecimientos oncológicos.

Otra actividad riesgosa, explicó, es la ingesta y preparación de alimentos con agua obtenida de las tomas directas del sistema de distribución, ya sea por su alta concentración de minerales al ser extraída de pozos (arsénico y flúor) o la contaminación por actividades industriales como la curtiduría, el sector automovilístico, la agricultura o las actividades artesanales ya mencionadas.

El investigador aconsejó reducir la carga química en el día a día siendo conscientes del consumo excesivo de productos de limpieza e higiene personal, que se suman a la exposición de los numerosos contaminantes medioambientales.

Para finalizar, Jorge Alegría señaló su interés por investigar el impacto de los plaguicidas en los productos agrícolas que se distribuyen y consumen por toda la población, los microplásticos y los fármacos contenidos en los cuerpos de agua. Expresó su deseo por implementar otro tipo de tecnologías y fortalecer la vinculación con otras ciencias, como la Geografía, para localizar los riesgos toxicológicos por regiones específicas, contribuir al bienestar de la población y abonar al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con cursos de capacitación vinculados a instancias gubernamentales y diagnósticos con análisis de los contextos.

Por J M