*La Copa se queda en casa; el juego se realizó en el Estadio León
De forma increíble, el equipo mexicano se coronó campeón del Premundial Sub 20 de la Concacaf al vencer 2 a 1 a Estados Unidos con goles agónicos en los tiempos de compensación tanto de la segunda mitad del tiempo regular como en los extras.
El partido comenzó con el marco de una efusiva afición leonesa entregada al ‘Tri’ desde el Himno Nacional que hizo conmover a más de uno de los miles de asistentes. Ya en la cancha, fue un duelo cerrado con llegadas de ambos lados y peligro de igual forma en las dos áreas. El ansia de ser campeón era notoria en los dos equipos.
Estados Unidos sería el primero en anotar, lo hicieron por conducto de Nimfasha Berchimas quien haría un golazo para poner adelante a los suyos. El equipo mexicano se fue con todo al frente, con ese corazón que los ha distinguido todo el torneo. Así empataban, pero una revisión del VAR por fuera de lugar los condenó a seguir abajo en el marcador.
Los minutos pasaban, el temor de ser derrotados en casa por el eterno rival, se respiraba en los aficionados quienes apoyaban por la fidelidad que le tienen a su equipo porque la realidad es que los minutos finales estaban cerca y el empate no llegaba. Cuando el cronómetro marcaba el 97, cuando solo esperaban el silbatazo final para irse los miles de aficionados, Mateo Levy se levantó en el aire, dio la impresión de quedarse ahí para dar un colocado cabezazo y hacer el uno a uno que desató la locura en todo el inmueble.
El balón se puso a tierra y el árbitro mandó el duelo a los tiempos extras. Estos fueron con pocas llegadas, se respiraba más miedo de equivocarse que la valentía de ir al frente. Cuando todos se preparaban para los penales, vino una jugada idéntica a la de la recta final del tiempo regular solo que ahora fue Diego Ochoa quien al 121 puso el 2 a 1 final, con el que México se alzaba como campeón.
En una tarde mágica para la afición guanajuatense, México ha conseguido el título 14 de este Campeonato Sub 20 de la Concacaf y de paso acabó con la hegemonía que tenía Estados Unidos que venía de ganar las últimas tres ediciones.