*“No podemos decir que vivimos en paz”, afirmó el cura de la Basílica
La Basílica de Guanajuato estuvo llena.
Durante la misa de cuerpo presente del joven capitalino José Alejandro Flores Anguiano, el presbítero Juan Antonio Carranco hizo un llamado a la ciudadanía para que no haya indiferencia a que alcen la voz y exijan justicia, “porque no debemos acostumbrarnos a la violencia”, sostuvo.
Ante un templo que reunión a una gran cantidad de feligreses, entre ellos, los familiares, amigos y compañeros de quien fuera operador de un vehículo que ofrecía el servicio de taxi Uber por plataforma, el cura lamentó que exista “una violencia espantosa por todos lados”.
En la homilía de la misa celebrada en la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, el representante de la iglesia católica lamentó que exista una violencia que se vive a veces de manera cotidiana, desde la casa, en el trabajo, “y nos ofende a todos gravemente”.
La carroza esperaba el cuerpo de José Alejandro.
Enseguida reiteró que las víctimas deben “denunciar y alzar la voz ante la injusticia, ante la violencia, porque no debemos acostumbrarnos a lo que se vive allá afuera”.
Insistió que “es terrible que nos acostumbremos a que esto pase, tenemos que indignarnos y hacer algo”.
El sacerdote señaló que observó las manifestaciones que se hicieron para pedir la ayuda de la ciudadanía para buscar a José Alejandro.
Aprovechó para hacer un llamado “a las personas que hacen el mal por el sufrimiento que provocan en las familias y a las personas para que cambien, porque esto no puede seguir”.
De igual forma, al referirse a las autoridades, afirmo “también deben hacer algo, todos como sociedad tenemos que hacer algo; no podemos decir que vivimos en paz, tenemos que gritar y que se termine esto que estamos viviendo como sociedad”.
Acompañaron a la familia del capitalino.
Dijo “el día que dejemos de preocuparnos por lo que está pasando allá afuera como hombres y mujeres de fe, entonces nuestra fe solamente será un adorno, por lo que cuando tengamos la oportunidad de gritarlo hay que hacerlo, gritemos justicia y gritemos que se acabe la violencia, que no hagamos como que no pasa nada”.
Advirtió finalmente, “cada día corremos el peligro todos de simplemente ser un número más y eso no puede seguir. Repito, el día que caigamos en la indiferencia y que dejemos de indignarnos ya se habrá perdido la fe”.
Los restos del joven guanajuatense que estuvo desaparecido por más de un mes, y encontrado entre las comunidades rurales de Nochebuena y San José de la Luz, fueron cremados.