*Impiden el acceso a representantes de los medios de comunicación al edificio central

*Es un auténtico “bunker” el recinto universitario; Guerrero sigue de “mandón”

Representantes de distintos medios de comunicación no tuvieron acceso al edificio central de la Universidad de Guanajuato (UG), para que no documentaran el retiro de las pintas que se hicieron en las paredes aledañas a las oficinas de la rectoría general cuando fue tomado este espacio por alumnos quienes exigieron transparencia en el proceso de designación de las nuevas autoridades de esta Casa de Estudios, durante el rectorado de Luis Felipe Guerrero Agripino.

Hay que mencionar que algunos de los acuerdos para la entrega de las oficinas fue incluir que se respetarían las pintas y la memoria plástica de la protesta estudiantil pero ayer por la tarde se dejó de respetar ese acuerdo por parte de Claudia Susana Gómez López, quien es la rectora general de la Alma Mater.

El movimiento de protesta de la comunidad estudiantil tomó las oficinas de la rectoría general por 22 días de manera pacífica, y las oficinas fueron entregadas a la actual rectora el pasado día tres de octubre.

Gómez López, no solo permitió sino incluso se supone que alentó que se borraran las frases y pintas en que se criticaba la actuación de las autoridades universitarias, principalmente de Luis Felipe Guerrero Agripino.

Al interior de la Casa de Estudios, tanto trabajadores administrativos como académicos han señalado que nada ha cambiado al interior de la Institución, al asegurar que alrededor del 70 por ciento de los funcionarios de primer nivel pertenecen al equipo que dejó de herencia el anterior rector general, y que quien sigue dirigiendo la rectoría general de la máxima casa de estudios del estado es precisamente Guerrero Agripino.

No se dio ninguna justificación el no permitir el acceso a los reporteros que cubren la fuente universitaria, aunque por lo general este edificio está convertido en un “auténtico búnker” donde no se permite el acceso fácilmente a las personas ajenas, ni a los representantes de la prensa.

Al parecer, los estudiantes que borraron las pintas, se presume que fueron financiados por las mismas autoridades universitarias.

Integrantes del Movimiento Colmena, el grupo que tomó las oficinas de rectoría en protesta por la falta de transparencia de la autoridad universitaria, informaron que entre los estudiantes que borraron las pintas estuvieron Fernanda Mosqueda, quien es miembro del consejo general de la UG y un hijo del ex rector Luis Felipe Guerrero Agripino.

Añadieron que los estudiantes que borraron las pintas, fue el mismo grupo que alentados por autoridades universitarias agredieron a los compañeros que tomaron las oficinas de la rectoría general a mediados del pasado mes de septiembre.

Por lo pronto, los alumnos inconformes, afirmaron que Claudia Susana López Gómez, no ha cumplido los compromisos que prometió atender, luego de que fueron planteadas las demandas de quienes tomaron las oficinas de la rectoría general de la UG.

En concreto, es un hecho que sigue sin darse la transparencia en la universidad, porque se oculta la información.

Con ello se puede afirmar que el rectorado actual comenzó con el pie izquierdo a pocos meses de haber tomado protesta en el cargo.

Ya en una visita relámpago que hizo la rectora general de la UG, al edificio de las Artes dejó con un palmo de narices a los y las alumnas con las que se reunió para escuchar sus necesidades y quienes al término de la misma, la invitaron a hacer un recorrido por las instalaciones y la funcionaria ni siquiera se dignó a contestar si haría el recorrido o no y se fue directamente al vehículo que la trasladó a otro lugar.

 

Por Juan Ma J