*Guanajuato tiene el suyo en la zona de la Presa de la Olla

Eduardo Vidaurri Aréchiga

Diversas leyendas urbanas se han construido para explicar el origen del misterioso faro localizado en la zona de la Presa de la Olla en la ciudad de Guanajuato.

Una de las más arraigadas es aquella que cuenta que el viejo faro fue construido como un centinela que emitiría su luz nocturna para guiar a los arrieros que con sus recuas transitaban los antiguos caminos de herradura pudiesen llegar sin contratiempos a la muy noble y leal ciudad de Santa Fe Real de Minas de Guanajuato y a los minerales de Peregrina y El Cubo.

Era una tradición que los arrieros prendieran fogatas a lo largo de ese oscuro camino como un recurso para identificar la ruta a seguir.

Otra conseja de tiempos pasados refiere que un personaje nacido en esta ciudad tuvo que abandonarla para seguir su vocación que era ser hombre de mar, así escaló posiciones en la embarcación y alcanzó un alto grado en la marina mexicana, al paso del tiempo el marino jubilado retornó a su ciudad natal y acostumbraba pasar las tardes admirando el hermoso paisaje de la zona, ahí pasaba las horas meditando y pensando en las glorias de su juventud, recordando el mar y las olas, por ello decidió construir un faro que le ayudara a hacer inolvidables esos momentos vividos.

Lo cierto es que para 1936, como parte de un renacimiento de Guanajuato, se inició un plan que tenía como objetivo principal hermosear la imagen de nuestra ciudad colocando en las calles las peculiares y bellísimas losas de colores de la región, en sustitución de los antiguos empedrados, o bien, para acondicionar los espacios que aún eran de tierra. Losas en cuartón o en pirindongo que también hemos venido perdiendo de poco a poco.

Un año después surgió la idea de abrir una nueva calle, la de Juan Valle, ilustre poeta también guanajuatense. Simultáneamente se efectúan acciones como la replantación del jardín de las acacias y la colocación de nuevas farolas estilo colonial en la ciudad además del embellecimiento de la zona de la Presa de la Olla.

En esa circunstancia se acordó la construcción de un faro ornamental que fue concluido e inaugurado, de acuerdo con las efemérides de Manuel Sánchez Valle, el 25 de junio de 1938, por el presidente de la Junta de Administración Civil de Guanajuato Don Manuel Mendoza Albarrán, padre de la recordada y querida escritora guanajuateña María Luisa “La China” Mendoza.

“El Faro” es, simbólicamente, esa torre elevada que nos da luz en algún asunto y nos sirve de guía en el periplo de la vida, fue un importante referente en la niñez de “la China Mendoza” y muchos guanajuatenses de aquellos y de estos tiempos, nuestro faro.

Por J M