*Una proyección en el Auditorio General marcó el inicio de este emblemático proyecto universitario, hace 66 años
Felipe López y Montserrat Alejandri
El Cine Club de la Universidad de Guanajuato (UG) ha cumplido sesenta y seis años desde su primera proyección el 4 de octubre de 1958, fecha desde la que se ha consolidado como una pieza esencial del proyecto Cultura UG.
Fue un sábado cuando, por iniciativa de un grupo de estudiantes de ingenierías, encabezado por José García Garfias y con apoyo del entonces Rector Eugenio Trueba Olivares, se proyectó en el Auditorio General de la UG The Great Waltz (1938), del director francés Julién Duvivier.
Felipe de Jesús López Márquez, “el Conta”, actual Jefe de Foros del Cine Club UG en la Dirección de Extensión Cultural de la UG, atestiguó el evento en su niñez y aún conserva el boleto de aquella función que marcó su pasión por el séptimo arte.
“A las personas que iban subiendo por las Escalinatas se les hacía increíble que la UG tuviera un cine. Gran parte del clamor era porque se exhibía una oferta distinta a la comercial. (…) La proyección empezó de cabeza; los muchachos no sabían realmente cómo manipular los aparatos donados por el Circuito Montes que estaban en el Teatro Juárez, así que volvió a iniciar y como cuatro o cinco veces se paró, pero no hubo quejas, todo el mudo estaba muy contento, fue asombroso y muy memorable”, relató.
Todos los domingos y los lunes “el Conta” asistía sin falta al Cine Club UG, quien se integró al equipo a partir del año 2000. “Del Auditorio, se cambió al Teatro Principal porque no se escuchaba bien, hasta que llegó a su sede oficial hasta hoy, el Auditorio Euquerio Guerrero ubicado entre el Edificio Central y el Templo de la Compañía”.
Entre los cambios más notables, el cinéfilo señaló el reemplazo de los aparatos de proyección de carretes de 35 milímetros por los beta, VHS, DVD y blu-ray sucesivamente. “El mismo público se daba cuenta con añoranza de que faltaba el zumbido de las máquinas, después de las líneas en la pantalla”, dijo.
De igual forma, Montserrat Alejandri Oyanguren, coordinadora del Cine Club UG desde hace quince años, destinaba los fines de semana cuando era estudiante para viajar a Guanajuato capital debido a la fama que las funciones alcanzaron con la gestión de Jorge Pantoja Merino, quien logró consolidar su presencia en un nivel internacional.
“Ha sido el camino laboral más bonito. Siempre he pensado en el cine como una forma de encontrarme y conocer el mundo, de viajar, de conocer a personas maravillosas, desde el personal administrativo, las y los estudiantes, todas las instituciones, cineastas emergentes y figuras consagradas que han aportado su granito de arena y han dejado una huella imborrable en la magia de este cine que se hace para y con la comunidad estudiantil, se nutre y brilla gracias a ella”, señaló.
A lo largo de más de seis décadas, la labor del Cine Club UG ha tenido varios objetivos, pero siempre ha destacado la calidez humana y el deseo por generar comunidad entre las distintas áreas universitarias y sociales: ser un punto de encuentro donde no se excluye a nadie, un espacio seguro para el diálogo y la expresión de las emociones, incluso un refugio. Su misión actual es fortalecer la formación integral de la juventud y motivar el pensamiento crítico con una oferta audiovisual diversa, no solo con cine de arte o de autor, sino que dé cabida a la mayor cantidad de gustos e intereses.
Alrededor del año 2009, las gestiones en el Cine Club UG buscaron descentralizar su programación de la Ciudad de México, pues había muestras de la Cineteca Nacional que no llegaban al Bajío. Así se logró concretar colaboraciones, la presencia del Tour de Cine Francés y la Semana de Cine Alemán.
También con Shorts México Festival Internacional de Cortometrajes y Manhattan Short Film Festival, además del desarrollo de los propios, como el Guanajuato Festival de Cine Europeo (GUCE), Festival Internacional de Cine de Horror “Aurora”, ¡la muestra Ay! Guana Shorts y el ciclo anual “Desde la otra banqueta. Cine de diversidad sexual”.
Con el auge de las redes de comunicación digital, ha sido posible contactar directamente a distribuidoras de primera talla internacional, sin necesidad de una gestión mediadora por otra instancia, y fortalecer la oferta de cine en línea, con la cual se mantuvo la actividad durante el periodo de pandemia.
La participación del Cine Club UG en las emblemáticas Escalinatas ha sido imprescindible por casi medio siglo en la Feria Internacional del Libro de la UG y en el Festival Internacional Cervantino (FIC), entre otros.
Su participación en el FIC
En cuanto a este último, se contempla para la próxima edición la proyección de obras canónicas en la cultura brasileña, como La ciudad de Dios (2002), filmes que integran el proyecto institucional “Ciencia es cultura” y un nuevo ciclo con diálogos entre la Música y el Cine.
La tradición cineclubista ha sido un legado familiar. Las personas que integran el equipo técnico, señaló su coordinadora, han heredado su amor por el cine en un diálogo intergeneracional; por ejemplo, los operadores o ‘cácaros’, José Delgado Alvarado y José Guillermo Delgado, son padre e hijo, mientras que Jesús Emilio Ortiz de la Rosa es un personaje muy querido en el acceso a los foros, entre numerosos voluntarios estudiantes y exalumno(a)s que ayudan en la gestión, programación y difusión.
“Para mí, el Cine Club ha sido la vida”, expresó Felipe López, quien siente gran satisfacción al conocer cada año nuevos rostros estudiantiles que se asombran y regresan. “Ha sido un privilegio estar al frente de este proyecto. Es un gran orgullo trabajar en esta pasión y aportar nuestras horas y esfuerzos en algo que puede cambiar la vida de las personas. El Cine Club es mi casa”, finalizó Monserrat Alejandri.