*En el último año se detectó esta situación en el estado de Guanajuato
*Sigue la lucha de agricultores por obtener precios justos del maíz y sorgo

Mantienen su lucha los agricultores.
La inseguridad en el campo se ha disparado, con un aumento del 40 por ciento en robos de ganado y cosechas en el último año, dejando a miles de familias en la incertidumbre y la desesperación, sin una respuesta efectiva de las autoridades.
Lo anterior fue dado a conocer por el Movimiento Agrícola Campesino, (MAC), quien dijo que hoy, más que nunca, es crucial que retumbe en cada rincón de esta nación que los ganaderos también respaldan la lucha de los agricultores. “No hay división que valga cuando la tierra nos llama y el hambre de justicia nos une”.
La ingobernabilidad que padecemos no distingue entre surcos y potreros y los números no mienten:
Más del 70% de los pequeños y medianos productores (tanto agrícolas como ganaderos) luchan diariamente contra precios injustos impuestos por una cadena de intermediarios que absorben sus ganancias, dejándoles migajas.
La inversión pública en el sector rural ha caído en picada, con una reducción del 30% en los últimos cinco años, desmantelando programas de apoyo y asistencia técnica esenciales para su supervivencia y desarrollo.
Los monopolios acaparan el 80% de la distribución de los productos, dictando precios y condiciones que ahogan a los agricultores del país, mientras ellos engrosan sus bolsillos a costa de nuestro sudor y esfuerzo.
Los dirigentes del Movimiento Agrícola afirman “nuestros enemigos no son otros campesinos, ni otros ganaderos. Nuestros enemigos son la indiferencia del gobierno y la avaricia de los grandes corporativos que nos ven solo como números, no como familias que alimentan a México”.
Reiteraron su convocatoria a unir sus voces, manos, su fuerza, porque las demandas son las mismas: “precios justos que reflejen nuestro trabajo y la calidad de nuestros productos”.
También créditos accesibles y programas de apoyo reales que fortalezcan la producción, “no que nos endeuden más”.
Seguridad y justicia en cada ejido, en cada rancho, en cada camino rural; políticas públicas que defiendan a los pequeños y medianos productores frente a la embestida de los monopolios.
“No permitiremos que silencien nuestra voz. Somos la base de este país, los que cultivamos la tierra y criamos el ganado que alimenta a cada mesa mexicana”, terminaron.
