Ducoing y una época, 2

Luis Miguel Rionda Ramírez

Luis H. Ducoing, exgobernador de Guanajuato (1973-1979), falleció recientemente. Con él se fue toda una época política de la entidad, un fiel reflejo de los usos del periodo de partido hegemónico autoritario impuesto por los gobiernos posrevolucionarios desde 1935.

El joven gobernador Ducoing hizo evidente desde su campaña electoral que su administración tendría más en común con el estilo expansivo de Aguilar y Maya (1949-1955) y de Torres Landa (1961-1967) que con la de su predecesor inmediato, el austero Manuel M. Moreno. La política social y la obra pública tendrían prioridad en el nuevo programa de trabajo. Los recursos necesarios se tomarían de alguna parte.

Durante su gestión se dio impulso a actividades de desarrollo comunitario en la zona norte y en la sur, tradicionalmente las más deprimidas. Se expandió el sistema educativo con la creación de las escuelas telesecundarias, así como un decidido apoyo al crecimiento de la Universidad de Guanajuato. Se fomentó el crédito agrícola y ganadero. Se apoyó con fuerza a la agroindustria, etcétera. En la obra pública se desplegó un ambicioso programa que impactó a todos los municipios, tal vez emulando al Plan Guanajuato de Torres Landa. Le tocó recibir a la reina Isabel de Inglaterra en 1975, suceso que proyectó la vocación turística de la capital estatal.

Pero el ámbito político le planteó varios retos. La “apertura democrática” del presidente nunca terminó de aterrizarse en acciones reales. La situación no cambió: los gobiernos locales tenían poca capacidad de autonomía y se plegaban a las disposiciones del centro. El municipio de León, el más importante de la entidad, vio revivir en 1976 el civilismo que desafió al poder central treinta años antes, y bajo la bandera del PAN pudo haberse hecho del gobierno municipal con el doctor Juan Manuel Lopez Sanabria.

Pero el sistema monolítico vigente no podía permitir una hendidura de tal tamaño. Se desató un conflicto político que culminó en la anulación de los comicios municipales por parte del congreso local, y la designación de una Junta de Administración Civil conducida por el empresario Roberto Plascencia, personaje aceptable para los contendientes. Esta solución salomónica fue el momento más difícil de la administración del gobernador Ducoing.

El segundo momento difícil fue la complicada solución a la primera huelga de la universidad estatal. El radical Sindicato Independiente de Trabajadores Universitarios llevó a la primera huelga de la institución en junio de 1977. A pesar de intensas negociaciones, al final se declaró ilegal la huelga y se integró una nueva asociación sindical.

Con todo, fue un gobernador popular que pudo gozar de un retiro político tranquilo. Aunque se mudó al vecino Querétaro, se le veía con frecuencia en eventos de todo tipo en los municipios de Guanajuato, siempre bien recibido. Vivió sus últimos años con dignidad, en amoroso recuerdo de su hermosa esposa doña Martita Nieto. Que descansen en paz.

Por Juan Ma J