*Hoy lunes es el día de San Juan y Presa de la Olla

*La presa se llenó por primera vez en 1747

Por: J. Manuel Álvarez Hdez.

 

Este 2024 se cumplen 275 años de que la presa de la Olla presta su servicio a los santafesinos, recordó el cronista de la ciudad, José Eduardo Vidaurri Aréchiga.

Hoy lunes hay descanso tanto en las oficinas gubernamentales como en todo el sistema educativo de la localidad, para que las familias puedan acudir a la tradicional romería que se celebra en las inmediaciones de la presa de la Olla.

Fue en la sesión del ayuntamiento de Guanajuato del tres de julio de 1741 cuando el alcalde Mayor, presentó al pleno la propuesta para construir un dique que permitiera almacenar el agua necesaria para cubrir las necesidades de la sociedad y de la industria local.

Fue comisionado el regidor Alfonso García Malahebar junto con el alarife Antonio Gordeano para que examinaran el predio ubicado en el rancho de la Olla Grande que estaba próximo a la Villa y el ayuntamiento revisó el dictamen que resultó positivo y fue entonces que el alcalde mayor Juan Jiménez junto con los ediles Francisco Bivet y Heguiño, Ignacio Urisbarren, Agustín Septien y Montero, y el propio Alfonso García, aprobaron la obra y acordaron solicitar licencia al Virrey Don Pedro de Castro y Figueroa, el Duque de la Conquista para comenzar la construcción del embalse.

Los trabajos comenzaron el cuatro de agosto de 1741 y se extendieron por casi siete años, comentó el historiador guanajuatense.

La presa de llenó por primera vez en 1747 y al año siguiente el Virrey Francisco de Güemez y Orcasitas autorizó al ayuntamiento un préstamo de mil pesos para poder concluir la construcción de la cortina de la presa de la Olla.

“La obra en su conjunto tuvo un costo total de 24 mil pesos, de los cuales don Vicente Manuel de Sardineta y de Gasqui donó el cincuenta por ciento, mientras que el ayuntamiento de Guanajuato del restante porcentaje.

Dijo que desde entonces la presa de la Olla fue el principal embalse y surtidor de agua de la población, que en diciembre de 1741 había adquirido el rango de ciudad.

“Desde la presa de la Olla bajaban los aguadores para surtir del vital líquido a los habitantes de Guanajuato. De acuerdo con la información que registró el naturista Antonio de Ulloa, quien visitó la ciudad de Guanajuato hacia 1777, estima que se sacaban del embalse unas tres mil cargas de agua a día, mismas que eran transportadas a las haciendas de beneficio, a los asientos de las minas, y a toda la población a través de una enorme cantidad de aguadores.

El notable incremento de la población y la demanda cada vez mayor de agua, fue la razón para la que el año de 1777 se pensara también en la construcción de una nueva presa en la cañada del Ponce y esta presa fue concluida en el año de 1791 y se le denominó popularmente la presa de Los Pozuelos, apuntó Eduardo Vidaurri.

Para 1832 fue el empresario guanajuatense don Marcelino Rocha quien propuso al ayuntamiento conducir el agua desde la presa hasta el centro de la ciudad a través de un sistema de tubería subterránea.

Propuso, además, aumentar la altura del nivel actual de la cortina, construir la presa chica o de San Renovato, y construir también doce fuentes que estarían distribuidas en distintos puntos de la ciudad para facilitar el trabajo de distribución de agua a los habitantes.

 

En 1852 brotó por primera vez agua en las fuentes

 

Dicha propuesta fue aprobada por el ayuntamiento hasta el año de 1849 y de inmediato se inició la construcción de la presa de San Renovato, misma que fue concluida en 1852. Ese mismo año, fue cuando brotó por primera vez el agua en las fuentes de Guanajuato, particularmente en la fuente que estuvo originalmente dedicada a Nuestra Señora de Guanajuato y que se ubicó en la plaza Mayor.

Esta fuente luce elegante en la plazuela del Baratillo, comentó Eduardo Vidaurri Aréchiga.

Como parte de las obras, se elevó también la cortina de la presa, misma que fue acondicionada casi como la conocemos en la época actual.

Fue en 1895 cuando se construyó la torre cuadrangular y adornada al estilo oriental y que conocemos popularmente como la Atalaya, un elemento emblemático desde entonces de la presa de la Olla.

Hacia noviembre de 1884 el décimo primer congreso del estado emitió un decreto donde dispuso que a partir del primer día de 1885 el agua de las presas se repartiría de forma gratuita en todas las fuentes de la ciudad de Guanajuato.

El cronista de la ciudad dijo que posteriormente se sumaron otras importantes obras hidráulicas para ayudar a resolver el problema de distribución de agua.

En 1895 se introducen los bellísimos hidrantes que aún engalanan nuestra ciudad, “posteriormente vendría la construcción de nuevas presas para garantizar el abasto, pero lo importante es que desde hace 275 años nuestra presa de la Olla ha prestado este importante servicio a nuestra población”.

 

Por J M

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