*Así amaneció en la zona del cerro del Hormiguero en la capital
*A la una de la tarde la misa a San Ignacio de Loyola en la cueva de La Bufa
*Aquí la historia del Día de la Cueva

Así amaneció hoy jueves en las inmediaciones de la Cueva.
El Oratorio de San Felipe Neri dio a conocer que San Ignacio de Loyola fue declarado Patrono Principal de la ciudad de Guanajuato en 1741.
Desde temprana hora comenzaron a arribar a los cerros del hormiguero y La Bufa las personas para buscar un lugar para instalarse y compartir los alimentos en familia y otros más llevaron sus puestos para vender alimentos y cervezas.
Desde ayer por la noche algunos cuevanenses subieron a la punta de Los Picachos para hacer tomas fotográficas y videos que compartieron en las redes sociales, mientras se prendían fuegos pirotécnicos en la zona montuosa.
La siguiente publicación fue compartida en la página oficial del Oratorio de San Felipe Neri, a propósito del aniversario de San Ignacio de Loyola como Patrono de la ciudad de Guanajuato, y la historia del “Día de la Cueva”:
San Ignacio de Loyola (1491–1556), fundador de la Compañía de Jesús, es reconocido no solo como un gran reformador espiritual y maestro de discernimiento, sino también como el patrono principal de la ciudad de Guanajuato.
Una devoción profundamente enraizada en el corazón del pueblo: la tradicional celebración del “Día de la Cueva”.
San Ignacio: Patrono Principal de Guanajuato

En el año 1741, el Cabildo Civil de la ciudad de Guanajuato, reconociendo la especial protección que atribuían a San Ignacio de Loyola, lo declaró formalmente Patrono Principal de la ciudad, por haber librado a los habitantes de graves pestes, tormentas y otros peligros, según testimonios de la época. Su figura fue entronizada no solo en la vida litúrgica, sino en la identidad misma del guanajuatense.
Los jesuitas, que llegaron a Guanajuato en el siglo XVII, promovieron intensamente su devoción. Su influencia fue decisiva para que esta figura vasca llegara a lo más hondo del pueblo, mezclando piedad, cultura y vida social.
¿Qué es el “Día de la Cueva”?
Cada 31 de julio, en la cima del cerro de La Bufa, al oriente de la ciudad, miles de personas suben a pie desde la madrugada para visitar una cueva en donde se ha colocado la imagen de San Ignacio. Este evento es conocido popularmente como “El Día de la Cueva”.
Origen de la tradición
No hay un registro exacto del inicio de esta costumbre, pero se cree que data del siglo XVIII o incluso antes, impulsada por el fervor popular y la labor de los jesuitas. La cueva recuerda simbólicamente el tiempo que San Ignacio pasó en la cueva de Manresa, en Cataluña (España), donde escribió los primeros esbozos de los Ejercicios Espirituales y vivió una profunda conversión interior.
Ese gesto de subir al cerro, se vive como un peregrinar simbólico hacia la propia conversión, como Ignacio lo hizo.
Una fiesta religiosa y popular
El “Día de la Cueva” combina lo religioso y lo festivo:
- Misas a lo largo del día, desde el amanecer hasta la noche, en la cima del cerro.
- Devoción popular: veladoras, rezos, cantos, promesas y agradecimientos.
- Ambiente familiar: en la base del cerro se forman tianguis, venta de antojitos, juegos y una convivencia que da identidad a la ciudad.
Es una de las manifestaciones religiosas más importantes del bajío mexicano.
Significado espiritual
Subir al cerro y llegar a la cueva es un acto de fe. Es dejar atrás la rutina, el pecado, el egoísmo, y abrirse a la gracia, como Ignacio lo hizo cuando dejó la espada y se abrazó a la cruz.
Como en Manresa, la cueva en Guanajuato se ha convertido en un lugar de conversión, encuentro, y compromiso espiritual, especialmente para jóvenes, familias, y personas que buscan renovar su fe.
En resumen:
- San Ignacio fue declarado Patrono Principal de Guanajuato en 1741.
- El “Día de la Cueva” se celebra el 31 de julio, con una gran peregrinación al cerro de La Bufa.
- Esta tradición recuerda la conversión de Ignacio en la cueva de Manresa y se ha convertido en uno de los símbolos espirituales y culturales más profundos de la ciudad.
• Es una fiesta de fe, penitencia, agradecimiento y renovación interior.

