Ducoing y una época, 1

Luis Miguel Rionda

El 24 de marzo pasado falleció el exgobernador de Guanajuato, Luis Humberto Docoing Gamba, en la ciudad de Querétaro. Había conducido el poder ejecutivo estatal entre el 26 de septiembre de 1973 hasta el 25 de septiembre de 1979. Una época muy difícil en la historia política mexicana, en pleno declive del modelo del desarrollo estabilizador de corte autoritario, y la irrupción del populismo echeverrista, la presidencia imperial lopezportillista y el inicio de las terribles crisis económicas sexenales.

Luis Ducoing nació en San Luis de la Paz en 1937, formando parte de una familia bien posicionada en la región, donde floreció el agrarismo revolucionario tanto como el cristerismo reaccionario, como recuerda Alfredo Guerrero Tarquín en sus Memorias de un agrarista (t.ly/n2N8w). En pleno cardenismo, época de radicalismos y definiciones. Sus estudios superiores los hizo en la nobel Universidad de Guanajuato entre 1956 y 1960, donde formó generación con personajes que le acompañarían en su trayectoria política: mi padre Isauro Rionda Arreguín, José Arrache, Raúl Arróniz, María Barquín, Ignacio Cabrera, Ema Carmona, Jesús Centeno, Alonso Echánove, Héctor García, Manuel Maldonado, Hermilo Martínez, Alejandro Méndez, Juan Nájera, Enrique Oyanguren y otros más. Esa generación celebraría año con año el aniversario de su egreso. La ocasión permitía reforzar los lazos que mantendrían unida a esta notable camarilla, que jugó un papel importante en la política y la academia estatales durante las siguientes décadas.

La oriundez de Luis Humberto fortaleció su relación con uno de los políticos emergentes de los años sesenta: Luis Echeverría, quien lo apoyó para ser diputado federal en 1963, con apenas 26 años, y luego en 1970, al arribo de éste a la presidencia. El sucesor de Díaz Ordaz había vivido en Guanajuato entre 1947 y 1948 como delegado del PRI, y se había hecho amigo de la intelectualidad local, liderada por los abogados Armando Olivares y Eugenio Trueba, maestros del joven Ducoing. Seguramente esto influyó en la decisión presidencial de convertirlo, primero, en presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados, y después en el candidato del partido hegemónico a la gubernatura de Guanajuato en 1973.

Luis Ducoing fue un gobernador que, como todos, fue alabado o vilipendiado. Sencillamente fue hombre de sus tiempos, y se le debe ponderar en función de los parámetros de la política de su época. Yo tuve la suerte de estar cerca de él y su administración por la amistad que tuvo con mi padre toda la vida. Tenía yo 13 años cuando acompañé a mi padre en algunas etapas de la campaña electoral, una de las experiencias que me marcaron más profundamente. Mi padre fue designado director general de Cultura Popular en el nuevo gobierno, y durante cuatro años pudo diseñar y desplegar una política cultural al nivel de lo que esperaba el afanoso gobernador. Les tocó retomar el abandonado proyecto del Festival Internacional Cervantino, y le dieron una proyección que no volvería a tener después.

Tuvo claro oscuros en el ámbito de la política, pero nada diferente al resto del país. En 1976 resurgió la resistencia civilista en el municipio de León, como en 1945, ahora bajo la bandera del PAN. Pero debo continuar con esta relación hasta la siguiente colaboración…

Por Juan Ma J